Inicio

viernes, 20 de marzo de 2015

Una cocina a prueba de ratones

TÍTULO: Una cocina a prueba de ratones

AUTORA: Saira Shah

EDITORIAL: Salamandra

NÚMERO DE PÁGINAS: 381

FORMATO: Rústica

FECHA DE PUBLICACIÓN: junio de 2014

SINOPSISDejarlo todo y marcharse a vivir al sur de Francia es el sueño de muchos londinenses, y Anna y Tobias parecen cumplir los requisitos. Ella es chef, y él, aspirante a compositor. Esperan su primer hijo y confían en poder ganarse la vida en un clima soleado y lejos del estrés de la gran ciudad. Pero al poco de nacer Freya, los médicos descubren que la pequeña padece graves trastornos cerebrales. Pese al impacto de esta noticia, o tal vez a causa de ella, Anna y Tobías deciden llevar a cabo su plan y se compran una vieja casa en Languedoc. Allí no solo deberán a aprender a cuidar de su hija sino también a afrontar el sinfín de complicaciones que surgen al instalarse en otro país, en una casa inhabitable de una remota zona rural. Tobías se refugia en la composición y Anna valora la idea de montar una escuela de cocina, si algún día consigue librarse del asedio permanente de los ratones. La estabilidad de la pareja se verá sometida a una gran tensión, mitigada por la presencia de un puñado de excéntricos lugareños: Julien, un espíritu libre que vive en una cabaña de madera; Ludovic, un granjero del lugar que les habla de los tiempos de la Resistencia; Yvonne, la joven dueña del café del pueblo, que prepara unos embutidos de ensueño; Y Kerim, angelical y misterioso, que les ayuda a reparar la casa sin pedir nada a cambio.
Una cocina a prueba de ratones es una novela deliciosa y emocionante, a ratos dramática y a ratos divertida, teñida siempre de un tono mordaz. Los desafías de la maternidad y de la vida en pareja, la fuerza de la amistad, las delicias de la gastronomía y el encanto del entorno rural son algunos de los ingredientes que acompañan al tema central: lo que los médicos no les dijeron a Anna y Tobias sobre su hija los sorprenderá y llenará de alegría y esperanza.

--------------------------------

Después de esta larga y profunda sinopsis que podemos leer en la contra del libro, poco más podemos decir sobre el argumento. Claro que la impresión que muchas veces nos llevamos leyendo estos párrafos no siempre es la que nos acabamos llevando una vez terminamos la lectura.
Me gusta la idea de empezar el blog de Recetas de libros con una novela llena de ingredientes, donde la comida y sus componentes forman una parte fundamental que acaba creando una receta apetecible, a rato agridulce pero con un último sabor a nostalgia y cariño.
Pensé, al empezar a leer la historia de Anna y Tobias, que entre sus páginas me encontraría las aventuras y desventuras de un matrimonio en su decisión radical de cambiar de vida. El gran paso de los urbanitas hacia lo rural, tan demandado en la sociedad actual y que pocos se atreven a dar.
Si a esas premisas que tenía en mi cabeza le añadimos que se trata de una historia real, las ganas de leerlo se intensificaron. La realidad supera muchas veces a la ficción, pero hacer ficción la realidad siempre es una tarea complicada y muchas veces gratificante de leer y conocer para el lector.
Una cocina aprueba de ratones nos cuenta, desde el punto de vista de su protagonista, la incombustible y algo paranoica Anna, una historia de superación personal, donde la familia formada por Anna y Tobias se ve trastocada con la llegada de Freya. Una pequeña con una fuerte minusvalía que hará tambalear los, en apariencia, resistentes cimientos de la pareja desde su nacimiento.
Los planes que habían trazado para irse a vivir al sur de Francia y dejar el frío Londres de lado se complican inmediatamente y las alternativas que se plantean son tan radicales como abandonar a la pequeña y dejarla en las manos de los Servicios Sociales o acarrear con ella y llevarla a una zona perdida del mundanal ruido entre montañas, con las dificultades médicas que eso acarrearía en caso de alguna posible crisis de la pequeña.

Muy bien -contesto despacio-. Mi propuesta ésta: yo me la llevo a casa y tú te ocupas de trasladarnos a todos a esa granja de locos.

La vida en Les Rajons, una granja medio en ruinas situada en la zona del Languedoc, se hace cuesta arriba para nuestra pequeña familia. Con eje dominador de Freya y su enfermedad, Anna y Tobias intentan, de manera muy diferente, afrontar los retos del día a día en un país diferente.
No solo tienen que acostumbrarse a las numerosas crisis y atenciones que Freya necesita, sino que la vida en el campo requiere de una serie de hábitos a los que ellos no están acostumbrados y la granja medio en ruinas no se lo podrá nada fácil.
La falta de agua corriente, unos inquilinos peludos que acampan sin miramientos entre las paredes de la casa y otro tipo de inquilina, muy espiritual pero al fin y al cabo "humana", Lizzy, que no tiene intención de abandonar la casa de hojalata donde vive justo al lado de la casa. 

-A este sitio lo llaman col des treize vents. Los vientos soplan a veces de un lado y a veces de otro. Son muy difíciles de predecir. Los lugareños dicen que, cuando soplan de determinada manera, inciden en estas rocas y les arrancan música, pero yo nunca la he oído. -Lizzy se vuelve de cara al viento y si inclina hacia él con los brazos extendidos-. ¿Lo notáis?¿Sentís las vibraciones esperituales que hay aquí? Son muy fuertes.

Lizzy formará una parte muy importante de esta familia y servirá de refugio para Tobias en los peores momento y de milagro para Anna en otros. Pero no son los únicos ya que no podemos olvidar a estos lugareños algo excéntricos que empiezan a formar parte de la vida de nuestros protagonistas:
-La mamá de Anna. Tan alocada y desquiciadora como toda madre cuando se ve apartada de sus seres queridos por la distancia y que ayudará a Anna a volverse loca y cuerda al mismo momento en los momentos más importantes.
-Kerim. Un ángel que aparece de la nada y que casi le cuesta ser atropellado por nuestra protagonista y cuya bondad y trabajo duro le hacen merecedor de un puesto importante en la vida de esta familia.
-Ludovic. El vecino mayor que le hará revivir momentos de la historia del lugar en la II Guerra Mundial y de su difunta madre, Rose, una mujer luchadora y gran amante de la cocina que Anna descubrirá entre charla y charla vecinal.
-Julien e Ivonne. Una pareja con conceptos de la vida muy diferentes pero que ayudarán a Anna a sacar adelante la casa con sus buenos consejos y su amistad.

Nuestra madre guerrera no dejará de lado la pasión por la cocina e intentará en estos meses, gracias a la ayuda de estos nuevos amigos, descubrir los placeres y secretos que la naturaleza esconde y que resurgirán en forma de maravillosos ingredientes para no dejar de cocinar. Pero, ojo, todo requiere su esfuerzo y dedicación.

-No está hecho al azar. Hay plantas que crecen mejor cuando las pones con otras determinadas. He colocado las cebollas junto a las zanahorias porque las zanahorias repelen el pulgón de la cebolla, y las cebollas repelen el pulgón de la zanahoria. Prueba a plantar meta entre los guisantes...

Todos estos esfuerzos, aprendizajes y sinsabores hacen que la vida se dulcifique a momentos y se tensé hasta el límite en otros porque la dura tarea de comenzar desde cero un nuevo hogar acaba recayendo sobre los hombros de Anna que ve como Tobias se aleja de ella y de la realidad para refugiarse en su trabajo y distraerse con la joven y alocada Lizzy.
Pero el amor que poco a poco va despertando Freya en sus padres, con pequeños gestos y minúsculos avances en su crecimiento, será lo que los mueva de forma conjunta  a afrontar nuevos retos unidos.
Una cocina aprueba de ratones es una novela cargada de metáforas y dividida en los meses desde el nacimiento de Freya hasta el cambio de vida que supone irse a vivir al sur de Francia.
Los meses dan paso al cambio de las estaciones. Las dificultades primeras se convierten en retos y los días se transforman en momentos importantes por lo que luchar al igual que la lluvia da paso a la claridad.

Estamos teniendo el mejor tiempo en lo que va de año. Unos cuantos chaparrones han hecho brotar flores silvestres y una suave capa de hierba esmeralda de la tierra marrón y agostada.  Es como una segunda oportunidad, un nuevo comienzo. Prefiero esta belleza dulce que el crecimiento frenético de la primavera; es más controlada, como si el mundo evaluara la situación, considerando el paso siguiente.


Así es la aventura de Anna y Tobias, un paso a paso hacia un futuro duro pero lleno de intensa vida.  Una historia de valientes, una historia de la superación personal de una familia que no tiene miedo a los cambios aunque estos se hagan cuesta arriba. 
La vida puede ponerte muchas zancadillas en el camino, pero lo importante es volver a levantarte, como se levantan las flores en primavera y los vientos a veces soplan con una dulce melodía desde lo alto de las rocas. Simplemente hay que pararse un momento y saber escucharla.



Saira Shah es una premiada escritora, reportera y directora de cine documental, entre cuyos trabajas destacan Beneath the Veil y Death in Gaza. Una cocina a prueba de ratones es su primera novela. Tal como explica la autora en el epílogo, algunos elementos de la historia están basados en experiencias personales. Los síntomas y pronósticos médicos, por ejemplo, coinciden con los de su hija, Aisla, que padece parálisis cerebral.


PUNTUACIÓN: 3,5


No hay comentarios:

Publicar un comentario