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miércoles, 4 de mayo de 2016

Fahrenheit 451

TÍTULO: Fahrenheit 451

AUTOR: Ray Bradbury

EDITORIAL: DEBOLS!LLO

NÚMERO DE PÁGINAS: 180

FORMATO: Rústica

FECHA DE PUBLICACIÓN: junio 2012 (1953)

SINOPSIS:

Fahrenheit 451 cuenta la historia de un sombrío y horroroso futuro. Montag, el protagonista, pertenece a una extraña brigada de bomberos cuya misión, paradójicamente, no es la de sofocar incendios, sino la de provocarlos para quemar libros. Porque en el país de Montag está terminantemente prohibido leer. Porque leer obliga a pensar, y en el país de Montag está prohibido pensar. Porque leer impide ser ingenuamente feliz, y en el país de Montag hay que ser feliz a la fuerza...

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Hacía mucho tiempo que quería leer esta novela. Muchas eran las personas que me habían hablado de la historia, tanto de la propia novela como de la película ya que, al igual que la última novela que reseñamos, La mujer del teniente francés, ésta también tiene una versión cinematográfica conocida.

Creo que, hasta cierto punto, podemos estar hablando de un clásico de la literatura cuando tratamos Fahrenheit 451 (significa la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde). Se trata de un dato científico que le aporta ese punto de verosimilitud a una creación  del mundo y la sociedad totalmente ficticia.

Podemos hablar, por tanto, de una distopía en toda regla, es decir,  lo contrario a una utopía, donde el futuro se nos muestra de una forma apocalíptica y como consecuencia de esa apocalipsis, la sociedad debe regirse por unas normas de vida especiales y totalmente ajenas a las que actualmente conocemos. Un ejemplo de novela distópica lo tenemos en la famosa Un mundo feliz de Aldous Huxley.

Nuestro protagonista, Montag, es bombero, pero su cometido nada tiene que ver con el que conocemos que posee un profesional de esta índole. En vez de apagar incendios, Montag tiene que utilizar el fuego para destruir lo que es este país se trata como una amenaza en ciernes, y ese objeto no es otro que el libro.


El libro, los libros, la lectura, leer, es algo impensable en esta sociedad creada por Bradbury. Si nos ponemos a imaginar una sociedad sin libros, nos hacemos una idea de las carencias que para el individuo implican: falta de conocimiento que daría paso a una merma del librepensamiento. Adoleceríamos de imaginación y careceríamos de lo que nos hace únicos a los demás.

Si juntamos todas estas características, solo nos quedará un rebaño bien domesticado por aquellos cuyos intereses van hacía el control del ser humano gracias a la destrucción mediante el fuego de aquello que nos hace libres, los libros.

Será Montag, cuya vinculación con este supuesto enemigo es constante y que, a pesar de su trabajo, siente una atracción extraña y casi obsesiva por ellos. Su pequeño y controlado mundo se verá removido por culpa de una niña. 

La joven Clarisse McClellan mira ese mismo mundo que ve Montag desde otro punto de vista y le hace conocer, con sus cortas pero enigmáticas conversaciones, otra forma de ver la realidad que le rodea.


-¿Sabes?, no me causas ningún temor.
Él se sorprendió.
-¿Por qué habría de causártelo?
-Hay mucha gente que tiene miedo, miedo a los bomberos, quiero decir. Pero, al fin y al cabo, usted no es más que un hombre...

Así nuestro protagonista logra verse a través de los ojos de ella y descubre pequeños detalles que ya se le habían olvidado  por no pararse un momento a mirar y pensar... Algo totalmente  en desuso y mal visto pero increíble para Montag, cuando vuelve a sentirlo gracias a esa jovencita. Al principio con recelo... -Piensas demasiado- Dijo Montag, incómodo. 
Y después acaba queriendo conocer cada vez más de esas mundo que la niña le empieza a descubrir.

Pero Clarisse acaba siendo un espejismo en la vida de Montag, al igual que su mujer. Todo su mundo se empieza a desmoronar eliminando la costra que envolvía la realidad.


Montag sintió que su sonrisa desaparecía, se fundía, era absorbida por su cuerpo como una corteza de sebo, como el material de una enorme vela que hubiese ardido demasiado tiempo para acabar deshaciéndose y apagándose. Oscuridad. No se sentía feliz. No era feliz.


En este punto comienza el calvario en la vida de nuestro protagonista. Cómo vivir consumido por la monotonía donde la belleza de las cosas acaban siendo ocultadas por la máscara de las risas enlatadas. Donde la felicidad es una farsa creada para no sentirse solo y la verdadera desaparece tras las pantallas gigantes de las casas.

Y lo primero que acaba resintiéndose de ese descubrimiento es su trabajo. Ya le es casi imposible acometer la tarea de destrucción de aquello que posee tanto valor .

Los libros bombardearon sus hombros, sus brazos, su rostro levantado. Un libro aterrizó, casi obedientemente, como una paloma blanca, en sus manos, agitando las alas. A la débil e incierta luz, una página desgajada asomó, y era como un copo de nieve con las palabras delicadamente impresas en ella. En medio de todo aquel tumulto y fervor, Montag solo tuvo un instante para leer una línea, pero esta prendió en su cerebro durante el minuto siguiente como si se la hubieses grabado con un hierro candente. "El tiempo se ha dormido a la luz del atardecer".


¿Qué era aquello que le atraía tanto de esos objetos a priori pertubadores para la vida en sociedad? ¿Tan malo era leer lo que contenían? La curiosidad se adueñó de Montag y los libros, cuyo trabajo, le permitía verlos a diario fueron como una obsesión para él hasta el punto de cometer la misma locura de aquellos a los que él, como bombero, castigaba. Montag comienza a acumularlos, ocultarlos y se adueña de ellos como si de un tesoro se tratase, aunque aún le era difícil asimilar el poder que escondían sus páginas. Sobre todo, cuando en una operación de quema, ve como una persona es capaz de sacrificarse por ellos.


-Tú no estabas allí, tú no la viste -insistió él. Tiene que haber algo en los libros, cosas que no podemos ni imaginar para que una mujer sea capaz de permanecer en una casa que arde. Tiene que haber algo. Uno no se sacrifica por nada.


El sinsentido de una humanidad creada de manera automática, cargada de estímulos que generan un falso bienestar en todo lo que le rodea. La televisión, música, anuncios... Todo ello evapora hasta el último resquicio de juicio o valoración.


La mente del hombre gira tan aprisa a impulsos de los editores, explotadores, locutores que la fuerza centrífuga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una pérdida de valioso tiempo.


Una asimilación de algo tan absurdo como abominable y que está establecido en la ley de esta sociedad distópica y es considerado como algo bueno. La estabilidad que da la falta de pensamiento crítico, es más deseada que aquella que puede suponer una salida de lo establecido.


No nacemos libres e iguales, como afirma la constitución, sino que nos convertimos en iguales. Todo hombre debe ser la imagen de otro. Entonces todos son felices porque no puede establecerse diferencias ni comparaciones desfavorables.

Y el libro es el arma que genera esa desigualdad.
Página tras página, Montag va descubriendo la visión de un mundo programado y lo pobres de espíritu que son todos aquellos incapaces de ver más allá de sus vidas anodinas. 

Beatty, el jefe de bomberos tiene una mente mucho más despiertas que el resto y sabe que nuestro protagonista está sufriendo una crisis existencial.


Nos enfrentamos a la pequeña marea de quienes desean que todos se sientan desdichados con teorías y pensamientos contradictorios. Son nuestros dedos lo que sostienen con fuerza el dique. Hay que aguantar firme. No permitir que el torrente de melancolía y la funesta filosofía ahoguen nuestro mundo. Dependemos de ti. No creo que te des cuenta de lo importante que eres para nuestro mundo feliz, tal como está ahora organizado.


Su conversación es fundamental para que Montag tome una decisión que cambiará su vida para siempre.  Gracias a la ayuda de un anciano profesor, cuya sabiduría le hace conocer mejor esos objetos, comenzará una lucha por la existencia más allá de los corsés de la ignorancia y aprendiendo a aprender y a conocer el mundo con ojos críticos.

Durante todo este periodo una guerra inminente acecha a esta tranquila sociedad. Una guerra que sin saber el lector nada de ella, no tardará en estallar sumiéndolo todo en la Oscuridad.

¿Qué pasará entonces con los pocos y malogrados libros? ¿Qué descubrirá Montag en su huida hacia esa realidad? ¿Conseguirá zafarse de los brazos de la manipulada sociedad donde habita?

Bradbury logra mantenernos en tensión todo el libro que, a pesar de su corta extensión, es suficiente para que nos embargue una atmósfera asfixiante de ese mundo carente de la virtud de la libertad cuya herramienta fundamental son los libros y si, esto nos hace verlos con un poco más de cariño y respeto, debería ser lectura obligada para todos.

Nunca es tarde para abrir un libro y cultivar aquello que nos hace único y especiales, el pensamiento.


AUTOR

RAY BRADBURY (1920-2012) fue uno de los grandes maestros estadounidenses de la ficción científica y fantástica. Si bien fue célebre por sus novelas (Crónicas marcianas, Fahrenheit 451), también cultivó el relato (Las doradas manzanas del sol), el ensayo, la poesía y el guión.



PUNTUACIÓN: 5/5





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