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sábado, 8 de abril de 2017

LADY SUSAN

TÍTULO: Lady Susan

AUTORA: Jane Austen

EDITORIAL: {La Compañía} y Páginas de Espuma

FORMATO: Rústica

NÚMERO DE PÁGINAS: 133

FECHA DE PUBLICACIÓN: septiembre 2010

SINOPSIS:

Figura insoslayable de la literatura inglesa, Jane Austen plasma en Lady Susan una aguda novela epistolar. La obra, más corta y menos conocida que sus novelas clásicas (Mansfield Park, Orgullo y Prejuicio), pone como nunca en escena dos temas recurrentes en Austen: el matrimonio por conveniencia y los vínculos de una familia de la burguesía rural.

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Qué placer infinito volver a encontrarme con una de mis autoras favoritas. Lady Susan es un descubrimiento que me llena de emoción compartir y es que Austen es un ser literario de una maestría y categoría superior, para una humilde lectora como servidora.


Todos los amantes, como yo, de Jane Austen, podrán encontrar en Lady Susan aquellos principios básicos y fundamentales que rigen su escritura, si bien es cierto que se trata de una novela, o mejor dicho "nouvelle" (novela breve) anterior a sus grandes éxitos literarios y con los que consiguió ese inmenso prestigio que hoy en día conserva. Además, esta novela cuenta con la peculiaridad de estar enmarcada en el género epistolar. Un género con el que, seguro, nuestra querida autora se sentía muy cómoda y que a pesar de su posible rigidez literaria, no deja de aportar, gracias a la delicadeza de su escritura, todas las cualidades necesarias para sentir a Jane Austen en toda su esencia.

Una brisa de aire fresco literario que nos rememora lo mucho que esta mujer ha aportado a la novela inglesa y, sobre todo, a la historia de la literatura universal.


El dominio del francés, del italiano, del alemán, de la música y del dibujo, entre otras cosas, hacen que una mujer arranque aplausos, pero no suman un solo pretendiente a la lista. La distinción y los modales siguen siendo más valiosos.


Aquí tenemos un claro ejemplo de las características que hacen reconocer la literatura de Austen. Con temas tan recurrentes en sus novelas como la búsqueda de un matrimonio bien avenido cuya fortuna es fundamental para establecer un casamiento que complazca a ambas partes, sobre todo a la parte femenina ya que, los personajes de este género son y siempre serán para Austen, los verdaderos protagonistas de sus historias.


Más de una vez me arrepentí de no haberme casado yo misma con este hombre. Si él fuera un poco menos débil, seguro que lo haría. Reconozco que soy más bien romántica en ese aspecto y es que las riquezas no me satisfacen por si solas.


Lady Susan sigue el ejemplo de otras muchas señoritas que aparecerán después en las novelas de nuestra escritora, con la salvedad de que esta joven protagonista no es la heroína a la que ya nos tiene acostumbrado, sino todo lo contrario. Austen nos ofrece, en cada una de las cartas que aparecen en la novela y que se intercambian diversos personajes, la figura de una dama con las ideas muy claras y con la inteligencia suficiente para utilizar sus dones astutamente en su propio beneficio.

Pero sus formas no son las políticamente correctas para la época, creándose enemigos y alborotando a una sociedad marcada por las apariencias y la tranquilidad que da la monotonía rural. Lady Susan aparecerá en escena revolviendo todo y esquivando, de algún modo, las malas habladurías que crecen alrededor de su persona, utilizando sabiamente, sus dotes innatas de persuasión.


Mi vanidad me hace creer que lo tengo bajo mi dominio, es cierto. Logré que sucumbiera ante mi poder y ahora disfruto de una victoria sobre alguien que estaba predispuesto a rechazarme y que contaba con muchos prejuicios sobre mi pasado.


Es importante resaltar que vamos descubriendo a los personajes de Lady Susan de forma curiosa, ya que no es fácil establecer ese vínculo con el lector a través de mera correspondencia. Una forma peculiar pero que no le resta esfuerzos a Austen para hacernos conocer los sentimientos, anhelos y deseos de cada uno de ellos.

Y como ya hemos comentado anteriormente, la figura de una protagonista que no despierta nuestra simpatía, se hace extraño y sorprendente pero, a la vez, realza las características de esta novela aportándole creatividad y mucha ingeniosidad.

Los distintos juicios de valor se van mezclando con los pensamientos, algo mezquinos en algunos momentos, de nuestra extraña y peculiar protagonista.


Si de algo me enorgullezco, es de mi elocuencia. La consideración y el aprecio se consiguen mejor, sin duda, mediante un buen manejo del lenguaje, así como la admiración depende de la belleza. Tengo aquí muchas oportunidades de entrenar mis dones y me la paso charlando casi todo el tiempo.


El diálogo sigue siendo el referente de Austen para conseguir las metas deseadas para sus personajes. Este diálogo que luego conseguirá desarrollar y pulir hasta la perfección en sus posteriores y exitosas novelas, hacen visible el carácter de cada uno de sus interlocutores: sus dones y debilidades, sus intenciones y sus ingenuidades, así como, y no menos importante, sus sentimientos y deseos.


Si algo me da sumo placer, es influir en los sentimientos con tal facilidad. No es que quiera ser posesiva (por nada del mundo querría serlo), pero las palabras suelen ser útiles cuando uno desea influir sobre los sentimientos ajenos.


Con un final en tercera persona y alejado ya de esas innumerables cartas, Austen pone el broche de oro a cada uno de los participantes de este juego social, donde los sentimientos son las fichas que nuestra autora maneja a lo largo de las páginas de una novela magistral, para darle a los personajes un merecido descanso o un futuro poco halagüeño, dependiendo de cómo lo haya considerado la brillante mente de Austen.

Para no adentrarnos más en el universo infinito de Jane Austen, no quiero terminar la reseña sin dar las gracias a estas dos editoriales por hacernos llegar este regalo literario. Ha sido un placer volver a encontrarme con mi escritora favorita. Un placer como siempre sucede cuando lees una buena novela.


AUTORA

Jane Austen (1775-1817) sigue siendo una de las novelistas más leídas y más famosas de Inglaterra. Hija del reverendo George Austen, nació y creció en Steventon, Hampshire, hasta que en 1800 su padre decidió mudarse a Bath.

Figura central de la ficción británica durante la llamada "era de la regencia" (entre la época georgiana y la victoriana), publicó Sentido y sensibilidad (1811), Orgullo y prejuicio (1813), Mansfield Park (1814) y Emma (1815), más dos obras póstumas: La abadía de Northanger y Persuasión (1818).

Muchas veces llevadas al cine , sus novelas suelen retratar a pequeños grupos apartados de las grandes ciudades y de los problemas de mayor actualidad en su época. Diferenciada de los románicos a causa de su sutil manejo de la ironía, Austen construyó casi todas sus ficciones en torno al matrimonio o a la herencia de las protagonistas femeninas.


PUNTUACIÓN: 4´5/5

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